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Quiero rescatar los poemas de amor de nuestros autores.
Poemas que nos han hecho soñar, en los que hemos visto reflejados nuestros deseos.
Poemas en los que nos refugiamos cuando nuestro corazón esta triste.
Donde poder encontar las palabras que nos faltan al pensar en la persona amada.
Donde poder recuperar el aliento que nos ha quitado el amor.







viernes, 28 de enero de 2011

Félix María de Samaniego



Hoy traigo un cuento que todos conocemos.
Pero seguro que es un buen momento para recordarnos
que no es aconsejable ser demasiado ambicioso en la vida,
que todo se puede ir al traste en un segundo.
Un buen momento para reflexionar
sobre lo que esta pasando en el mundo


"No anheles impaciente el bien futuro; Mira que ni el presente está seguro"






El cuento de la lechera


Llevaba en la cabeza
una lechera el cántaro al mercado
con aquella presteza,
aquel aire sencillo, aquel agrado,
que va diciendo a todo el que lo advierte
"¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!"

Porque no apetecía
más compañía que su pensamiento,
que alegre le ofrecía
inocentes ideas de contento,
marchaba sola la feliz lechera,
diciéndose entre sí de esta manera:

"Esta leche vendida,
en limpio me dará tanto dinero,
y con esta partida
un canasto de huevos comprar quiero,
para sacar cien pollos, que al estío
me rodearán cantando el pío, pío.

Del importe logrado
de tanto pollo mercaré un cochino;
con bellota, salvado,
berza, castaña engordará sin tino,
tanto, que puede ser que yo consiga
ver cómo se le arrastra la barriga.

Llevarélo al mercado,
sacaré de él sin duda buen dinero;
compraré de contado
una robusta vaca y un ternero,
que corra y salte toda la campaña,
desde el monte cercano a la cabaña."

Con este pensamiento
enajenada, brinca de manera
que a su salto violento
el cántaro cayó. ¡Pobre lechera!
Adiós leche, adiós huevos,
adiós dinero, adiós lechón,
adiós vaca y ternero.

¡Oh loca fantasía!
¡Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría,
no sea que saltando de contento,
al contemplar dichosa tu mudanza,
quiebre su cantarillo la esperanza.

No seas ambiciosa
de mejor o más próspera fortuna,
que vivirás ansiosa
sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro;
mira que ni el presente está seguro.

4 comentarios:

  1. Toda una verdad... este poema.. La ambición es mala concejera...
    Gracias por publicarla.. besos de brujilla

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  2. ¡Me encanta este cuento! Coincido con Brujilla: Que gran verdad.
    Un abrazo!!!

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  3. Ya lo conocía en cuestión de cuentos creo que casi me los sé todos, pero me ha encantado recordarlo nuevamente de tu mano, muchas gracias.

    Un inmenso abrazo.

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  4. Cuántas veces hemos hecho todos esas cuentas, en algún momento de nuestras vidas?.
    De cualquier forma, dependiendo de qué tipo por supuesto, un cierto grado de ambición en todo, no es malo.
    Hay que soñar y perseguir los sueños hasta alcanzarlos.
    Un beso Silvia.

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